lunes, 2 de agosto de 2010

EL REINO DE DIOS

Estos apuntes son producidos con la intención de presentar una panorámica general sobre lo que la Palabra enseña sobre el reino de Dios.

Constituyen un esbozo general, de un tema importante en la Biblia.
Se presentará en Tres entregas. Esta es la Primera.

En la actualidad hacemos énfasis en la proclamación del Evangelio de Jesucristo, hablamos de la gracia, del perdón, del arrepentimiento, de la salvación, de la seguridad de la salvación. Todo ello es bíblico e importante, mas todo ello representa una dimensión interesante de la proclamación.
Jesús hizo énfasis en el Evangelio de Reino.


Hoy más que nunca necesitamos rescatar este principio. Hay que decirle al cristiano, y al hombre en general, que estamos bajo el Dominio de Dios, al cual necesitamos someternos.

Para darnos una idea de cómo se nos muestra en la Biblia el Reinado Universal de Dios, vamos a presentar un bosquejo de los acontecimientos más resaltantes sobre esta doctrina.

ETERNIDAD DEL REINO

La primera noción sobre la Soberanía y Autoridad de Dios la captamos cuando estudiamos los atributos de Dios.

Hemos aprendido de la Sagrada Escritura que Dios es eterno, lo cual significa que no tuvo principio y que Su existencia nunca va a terminar. El es inmortal, infinito, Deuteronomio 33:27; Salmos 90:2; y 1ª Timoteo 1:17.

Dios es inmutable, inalterable, es decir que Dios es absolutamente digno de confianza y fidedigno, Malaquías 3:6; Números 23:19; y Salmos 102:26,27. Dios es incomparable, no hay nadie como El en obras o existencia; es inigualable y perfecto, 2ª Samuel 7:22; Salmos 86:8; Isaías 40:25; y Mateo 5:48. Dios es inescrutable, no tiene límite, no se lo puede llegar a conocer por completo, es insondable, Isaías 40:28; Salmos 145:3; y, Romanos 11:33,34.

Dios es omnipotente, todopoderoso; El puede hacer todo lo que le agrada, pero Sus acciones siempre estarán de acuerdo con el resto de Su carácter, Apocalipsis 19:6, Jeremías 32:17,27. Dios es omnipresente, siempre está presente, en todas partes, Salmos 139:7-13; Jeremías23:23.

Dios es omnisciente, conoce el pasado, presente y futuro, aún lo que estamos pensando en cualquier momento; puesto que conoce todo, Su justicia siempre será administrada imparcialmente, Salmos 139:1-5; Proverbios 5:21. Dios es imparcial, no hace distinción de personas en el sentido de mostrar favoritismo, Deuteronomio 32:4; Salmos 18:30.

Dios es uno, no solamente que no hay otro, sino que también es el único en poder cubrir las necesidades más profundas y anhelos de nuestros corazones, y sólo El es digno de nuestra adoración y devoción, Deuteronomio 6:4. Dios es justo, no puede y no va a pasar por alto la maldad; es debido a Su rectitud y justicia, que Jesús tuvo que experimentar el juicio de Dios, nuestros pecados fueron puestos sobre El para que de esta manera fuéramos perdonados, Éxodo 9:27; Mateo 27:45-46; Romanos 3:21-26.

Dios es soberano, es supremo; toda Su creación junta, a sabiendas o ignorando, no puede impedir Sus propósitos, Salmos 93:1; 95:3; Jeremías 23:20. Dios es espíritu, es invisible, Juan 1:18; 4:24. Dios es una Trinidad, es tres en uno, el mismo en substancia, poder y gloria por igual. Observe que en el primer pasaje citado de la Escritura, “su nombre” es singular aún cuando se refiere a tres Personas distintas: “Padre, Hijo, Espíritu Santo”, Mateo 28:19; Marcos 1:9-11. Dios es verdad, lo cual significa que está de acuerdo con todo lo que es, El va a permanecer incorruptible y no puede mentir, Salmos 117:2; 1ª Samuel 15:29.

Dios es Santo, está separado de toda corrupción moral y es hostil a ella. Dios ve todo el mal y esto lo enoja; el fuego usualmente es mencionado en la Escritura junto con la santidad. Dios es referido como un fuego consumidor, Isaías 6:3; Habacuc 1:13; Éxodo 3:2, 4, 5; Hebreos 12:29. Dios es afable, esto incluye Su bondad, benevolencia, misericordia y amor, las cuales son expresiones que dan significado a Su bondad. Si no fuera por la gracia de Dios, parecería que el resto de Sus atributos nos excluirían de El. Este no es el caso, porque El desea conocernos a cada uno personalmente, Éxodo 22:27; Salmos 31:19; 1ª Pedro 1:3; Juan 3:16, Juan 17:3.

ANTES DE GENESIS 1:1

Existencia eterna de Dios.

Como hemos señalado anteriormente, la Biblia nos presenta la realidad de un Dios eterno, todopoderoso, omnipresente; preexistente a la Creación.

Génesis 1:2 señala expresamente que “el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.”, quiere decirnos esto que el Espíritu ya existía previo a la creación.

Por otra parte Juan 1:1 y 2, indican que “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.” una versión de la Biblia traduce esta frase “antes que nada existiera, ya existía Cristo con Dios. Cristo siempre ha existido porque El es Dios.” (Nuevo Testamento Viviente, publicado por La Biblioteca Mexicana del Hogar, A.C.) Dando a entender que la Creación es obra de Jesucristo.

La misma idea la transmite Pablo en Colosenses 1:16 y 17.

16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
Creación de los ángeles, previo a la creación.


En su soberanía, Dios determinó la creación de ángeles para que le sirvieran, tal como lo expresa Nehemías 9:6.

“Tu solo eres Jehová; tu hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejercito, la tierra y todo lo que está en ella, los mares, y todo lo que hay en ellos; y tu vivificas esta cosas, y los ejércitos del cielo te adoran.”

Según Job 8:4-7, los ángeles se regocijaron el día de la creación.


4 ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.
5 ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?
6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular,
7 Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?


Igualmente la Escritura nos revela que entre esas criaturas angelicales se originó una rebelión.
Este ángel rebelde, antes de la creación, y como consecuencia de su soberbia y propósito de ser superior a su Creador, fue despojado de su condición de privilegio y echado del cielo, tal como lo sugiere Isaías 14:12-15 y Ezequiel 28:16, 17.


Este ser creado, que se rebeló, hace guerra a los súbditos de Dios, les acusa y se opone a los planos divinos, ver Zacarías 3:1-5.

Satanás, el ángel rebelde, tiene bajo su dominio una especie de organización militar compuesta por principados, potestades, gobiernos de las tinieblas y huestes espirituales que buscan interponerse a la obra de Dios. Efesios 6:12.

Es importante destacar que la Biblia afirma que este ser maligno ya fue castigado originalmente por Dios, y posteriormente vencido por la obra de nuestro Señor Jesucristo. Su derrota definitiva quedará evidenciada al final de los tiempos, Apocalipsis 12:9-11. De momento él le ha hecho creer al pueblo de Dios que tiene poder, pero nuestro Señor Jesús ya nos advirtió que los cristianos, que hemos recibido su autoridad, tenemos más poder que el enemigo Lucas 10:19.
Además este adversario que ya está vencido, Juan 12:31, si le resistimos, en el poder y autoridad que Jesús nos da, saldrá huyendo, Santiago 4:7. Su destino final es el lago de fuego Apocalipsis 20:10.


Estos textos bíblicos nos permiten afirmar que Dios comenzó a Reinar, desde antes de la Creación del Universo y de la Tierra. Reinaba sobre sus primera Creación “Los Ángeles”.
Es decir reinaba, ejercía autoridad, sobre todos los ángeles creados para servirle y adorarle, aun sobre quienes se rebelaron.


ESTABLECIMIENTO DEL REINO EN LA TIERRA

Actuando conforme a su autoridad y poder, Dios decide crear otro ser a su imagen y semejanza, el hombre, por lo cual dispone crear las condiciones necesarias para hacer realidad este designio de su corazón.

En los capítulos 1 y 2 del libro de Génesis uno puede observar la secuencia de hechos divinos para dar lugar a la aparición del hombre en el Universo; una Obra Magistral, cuyo punto culminante tuvo lugar aquel momento registrado en Génesis 1:27 y 2:7. En ese histórico instante tiene lugar el surgimiento del Reino de Dios, ahora en el Planeta Tierra.

Es interesante notar que para crear las condiciones apropiadas para la existencia del hombre, Dios procede de una manera espectacular.

En primer lugar crea la materia y la energía, seguidamente organiza el Universo con sus millones de Galaxias y Estrellas, seguidamente selecciona la Vía Láctea, como la Galaxia donde surgirá la vida humana; hecho esto determina el Sistema Solar, ubicado en el sitio adecuado, para su gran propósito; dando continuidad a su propósito, selecciona a la Tierra, que estabiliza, colocando un satélite; luego ordena la geografía, el relieve, el clima, el ambiente; ordena la aparición de especies vegetales y animales; planta un Huerto, donde es colocado el hombre creado a su imagen y semejanza.

El astrónomo Dr. Hugh Ross en The Fingerprint of God, Segunda Edición, 1991, pg.168. Describe el Orden de los Eventos de la Creación en Génesis 1:
  1. Creación del universo físico (espacio, tiempo, materia, energía, galaxias, estrellas, planetas, etc.)
  2. Transformación de la atmósfera de la tierra de opaca a translucida.
  3. Formación de un ciclo estable de agua.
  4. Establecimiento de continentes y océanos.
  5. Producción de plantas en el continente.
  6. Trasformación de la atmósfera de translucida a transparente (sol, luna, y
    estrellas fueron visibles por primera vez)
  7. Producción de animales pequeños del mar.
  8. Creación de mamíferos marinos.
  9. Creación de las aves.
  10. Creación de mamíferos terrenales (mamíferos salvajes, mamíferos que pueden ser domesticados, y roedores.
  11. Creación del hombre.
Con la creación del hombre, Dios extendió su soberanía hasta el Planeta Tierra. Dando lugar al surgimiento del reino de Dios sobre la Tierra.

En dicho Reino puede observarse al Soberano, los súbditos, el territorio y las normas del mismo. Dicho reino poseía las condiciones ideales para el desarrollo de una vida de calidad: Comunión con Dios, armonía con el ambienta, relaciones personales de igualdad; uso, aprovechamiento y administración de los recursos disponibles.

Por el relato de Génesis 3, uno puede apreciar que la comunicación entre el hombre y Dios era personal, cara a cara, íntima.

Observemos la secuencia de hechos divinos para propiciar la creación del hombre, y el establecimiento del Reino en la Tierra:
  1. Creación del universo y de la tierra, 1:1
  2. Establecimiento de condiciones para la vida humana, 1:2-25
  3. Creación del Huerto para morada del hombre, 2:8a
  4. Creación del hombre 1:27; 2:7
  5. Posesión del Huerto, 2:8b
  6. Primera Comisión al hombre, 1:28; 2:15
  7. Normas y Leyes del Reino, 2:15-17
  8. Formación de la pareja, 2:18-25

Continua el Tema. El Anti-reino y la Caida del Hombre.

EL ANTI-REINO Y LA CAIDA

Segunda Parte del tema El Reino de Dios.
El capítulo 3 del Génesis nos explica el origen de las condiciones actuales del Universo, especialmente sobre la faz de la Tierra.

El Plan original de Dios tuvo una interferencia propiciada por un ser rebelde, opuesto a sus propósitos para el hombre; por lo cual fue necesario establecer una metodología para reordenar la creación y llevarla a las condiciones originales.

La caída, producto de la desobediencia, tuvo su inmediata consecuencia: Pérdida de la comunión personal, cara a cara, con Dios; muerte espiritual; degradación moral; maldición de la creación, y expulsión del Edén.

Este acto de rebeldía humana, incitada por otro rebelde, dio origen al pecado; y al surgimiento de un reino opuesto, el reino de las tinieblas, encabezado por aquel ángel caído. Tal hecho lo señala Pablo en Efesios 6:12, y en Colosenses 1:13.

Como vemos en la Escritura el ámbito de acción de este rebelde es múltiple:

Es activo en el cielo, Job 1:6. Dios le permite entrar delante de Él para acusar a los creyentes, Apocalipsis 12:10. Por esta razón necesitamos un abogado, 1a de Juan 2:1. Satanás y sus seguidores (ángeles y demonios) son llamados "huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:11-12). Será lanzado fuera (Apocalipsis 12:7-10).

Igualmente acciona en el mundo. Es llamado el "Príncipe de este mundo" en Juan 14:30. Él es el "dios de este siglo" en 2 Corintios 4:4, y es como un león rugiente, 1 de Pedro 5:8.

Su propósito es oponerse por todos los medios a los Planes de Dios, acusando al hombre delante de Dios, tentando a los creyentes; utilizando a sus demonios o sus instrumentos humanos para ejercer y ampliar su dominio limitado, pero muy eficaz.

Ahora bien, dado la desobediencia del hombre, su degradación, y expulsión de su presencia; Dios propone de inmediato un plan para redimir al hombre y a la totalidad de la creación, de tal manera que las cosas vuelvan a ser como al principio. Este proyecto divino se infiere de Génesis 3:16.

Desde entonces Dios interviene para dirigir la historia del hombre hacia un punto en que de nuevo se puedan reconciliar e interactuar cara a cara, en una comunión plena.

Es decir, llevar la historia de la humanidad hacia el estado ideal que nos muestran los capítulos 21 y 22 de Apocalipsis.

Es interesante notar que en los 2 primeros capítulos del Génesis el hombre vive, interacciona, en un ambiente natural; tal y como Dios lo creó, en Huerto del Edén; en los dos últimos capítulos de Apocalipsis, el hombre se desenvuelve en un ambiente humanizado, la Nueva Jerusalén, una ciudad construida originalmente por el hombre; y reconstruida por Dios para convivir con el hombre, la Ciudad de Dios.

Esta es la descripción de Apocalipsis 21:1-7

1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.
5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

PLAN DE DIOS PARA RESTAURAR AL HOMBRE Y A LA TOTALIDAD DE LA CRACION

Desde el capítulo 4 del Génesis, hasta Apocalipsis capítulo 20 se nos revela el curso del proyecto Divino, que tendrá su punto culminante en la Consumación del Reino; cuando Cristo lo entregue al Padre.

Observemos la secuencia de los hechos y acontecimientos relevantes en la historia Bíblica, que nos muestran el accionar de Dios en procura de la restauración del hombre y la totalidad de la creación.

I. DEGRADACION MORAL DEL HOMBRE: Primer Pacto.

Luego de la expulsión del hombre del Huerto del Edén, narrado en Génesis 3, éste comenzó a multiplicarse, surgiendo los primeros asentamientos humanos; más igualmente proliferó la maldad, al punto que según Génesis 6, la maldad había llegado a tal magnitud que Dios se arrepintió de haber creado al hombre y dispuso eliminarlo de sobre la faz de la Tierra.

5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.

Señala el verso ocho del citado capítulo que “Noé hallo gracia ante los ojos de Dios”.

El diluvio ocurre como un castigo divino por la maldad de los hombres, el arca de Noé, representa la infinita gracia salvadora, y un voto de confianza a la humanidad.

Noé es encargado de permitir una nueva oportunidad al hombre. El Pacto con este Patriarca recuerda el infinito amor de Dios por el hombre, que más tarde se materializará en la venida al mundo de su propio Hijo.

II. PREPARACION PARA EL RESTABLECIMENTO DEL REINO DE DIOS

Vamos a presentar una breve cronología de los hechos relevantes relacionados con la venida del Mesías y el Restablecimiento del reino de los Cielos.
  1. Llamamiento de Abraham y Pacto
  2. Elección de Jacob
  3. Nacimiento del pueblo en Egipto
  4. Llamamiento de Moisés
  5. El Éxodo: La Pascua, prefiguración del Mesías
  6. Formación del Pueblo de Israel en el Desierto
  7. Toma y Conquista de la Tierra Prometida
  8. Gobierno Teocrático, los Jueces de Israel
  9. La Monarquía Hebrea, preparación de la descendencia del Mesías
  10. Dominación Romana, preparación para el advenimiento del Mesías
  11. Venida del Mesías (i. Nacimiento virginal; ii. Establecimiento del Reino de los Cielos, iii. Muerte, sepultura y resurrección, iv. Comisión a sus Discípulos, v. Ascensión, vi. A la diestra de Dios, desde donde ejerce autoridad sobre la Iglesia
  12. Pentecostés, nacimiento de la Iglesiam. Expansión del Evangelio a todas las naciones
  13. Caída y destrucción de Jerusalén y del Templo, Persecusión a la Iglesia
  14. Conversión de Constantino
  15. Caída del Imperio Romano
  16. Surgimiento y poderio de la Iglesia Católica Romana
  17. Martín Lutero y La Reforma
  18. Nacimiento de los movimientos evangélicos
  19. Tiempo actual:
    i. Iglesia, la encargada de extender el reino
    ii. Satanás, y sus huestes de maldad ejercen oposición

III. EL REINO DE DIOS, EJERCIDO POR JESUCRISTO

Como sabemos, un reino es una forma de gobierno en el que la Jefatura del Estado esta a cargo de un Soberano, al que se le denomina Rey. Dicho reino se caracteriza, además, por la existencia de súbditos, un territorio, y de leyes que rigen su subsistencia.

En el caso que nos ocupa, Jesús vino a restablecer el Reino de los Cielos, la soberanía total de Dios sobre la humanidad entera.

Primeramente llamó a Abraham, luego a una Familia, la de Jacob, seguidamente a una Nación, Israel; finalmente a toda la humanidad, a través de Jesucristo.

Notemos algunas enseñanzas de Jesucristo sobre el Reino de Dios.

  1. Su venida significa el establecimiento del reino de Dios, Marcos 1:15
  2. Tiene toda autoridad y dominio, Mateo 28:18
  3. Es un Reino espiritual, no es humano desde el punto de vista político, económico o militar, Juan 18:36,37; que Dios ejerce sobre toda la creación.
  4. Se entra a ese Reino mediante el nuevo nacimiento, es decir el arrepentimiento, creer y aceptar a Jesucristo, Juan 3.
  5. El territorio del reino es el mundo en su totalidad, Mateo 13:38
  6. Los súbditos son los hijos de Dios
  7. La Iglesia es la encargada de su extensión, que los hombres lleguen a ser "hijos del reino"
  8. Lo entregará al Dios y Padre, 1 Corintios 15:24

Conforme a estos textos, el Reino de Dios es una realidad presente.

Jesucristo ejerce suprema autoridad en el mundo actual, sobre toda la humanidad. Sus designios son para todos los hombres. Ahora bien, hay súbditos que han aceptado por fe a Jesucristo y siguen sus enseñanzas, sometiéndose voluntariamente a su soberanía. Ellos tienen múltiples promesas de recompensas por su determinación.

Igualmente existen súbditos que rechazan a Jesucristo, manteniendo una actitud de rebeldía hacia sus enseñanzas. No se someten voluntariamente a sus designios.

El hecho de que una persona se rebele, no quiere decir esto que Jesucristo pierda autoridad, o poder, o deja de ser Rey. Simplemente, quiere decir que tal persona pierde los beneficios de pertenecer a ese dominio divino, y tiene promesa de castigo por su desobediencia. Igual como le ocurre al ciudadano de cualquier nación que se rebele, o cometa actos contra las leyes de esa nación, sufre las consecuencias por su desacato. Esto se deduce de Mateo 25: 31 al 46.

Continua en el Siguiente Artículo: EL REINO DE DIOS Y LA IGLESIA

EL REINO DE DIOS Y LA IGLESIA

Continuación del tema El Reino de Dios:

Cincuenta días después de la resurrección de Jesús, en Pentecostés, se cumplió la promesa que él había hecho a sus discípulos de que enviaría un consolador, un “paracletos”. El Espíritu Santo bautizó a los fieles congregados en el “aposento alto”, dando con ello lugar al nacimiento de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.

En ese histórico instante se manifiesta una vez más, la forma como Dios actúa desde que decidió crear al hombre. Utilizar al hombre, su imagen, como medio de gracia, e instrumento para realizar sus planes sobre la Tierra.

Como mencionamos anteriormente, Dios llamó a una diversidad de personajes para cumplir su Plan, respecto de la venida del Mesías. Comenzando con Abraham, hasta José y María, sus descendientes por la línea de David. Todo con el objeto de establecer el Reino de Dios.

Es más, en este mismo orden de ideas, para materializar el plan de salvación, el Hijo se hace Hombre, y como cordero, morir para redención de la humanidad.

Jesús realizó un ministerio de tres años, durante el mismo llamó a un grupo de discípulos a quienes constituyó como sus apóstoles; igualmente modelo el estilo de acción de sus seguidores. Una lectura de los evangelios muestra a Jesús en tres acciones básicas, proclamando el evangelio del reino, enseñando, y sanando. Al partir hacia los cielos, comisionó a sus seguidores a darle continuidad a esa acción a favor de la humanidad.

Lucas, en el prólogo del libro de Hechos expresa:

1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido;
3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.

Lucas enfatiza que en su evangelio escribe lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar, dándonos esto la idea de que habrá una continuidad a aquellas cosas. Añade que Jesús dio instrucciones a través del Espíritu Santo; y señala que Jesús hizo énfasis en el reino de Dios. Tales expresiones nos dan a entender que la Iglesia es comisionada por Jesucristo mismo para proclama su evangelio, y extender el Reino de los Cielos.

Tal como diversas parábolas sobre el reino, enseñadas por Jesucristo, ese día de Pentecostés se inició un movimiento que en breve abarcaría a todo el mundo.

Observemos un hecho muy significativo: El reino de los cielos, establecido por Jesús durante su ministerio terrenal, y extendido por la Iglesia, nos presenta un desafío.

Veámoslo de este modo. La Iglesia comenzó a extender el Reino, durante la vigencia de otro reino, el Imperio Romano. Es decir, los apóstoles y la Iglesia naciente en general, se desenvolvían en dos esferas, dos mundos simultáneamente: Por un lado su pertenencia al Reino de Dios, y su disposición a someterse al mismo; por el otro el Imperio Romano, que igualmente demandaba obediencia.

¿Como resolvieron los apóstoles este conflicto de intereses? Se sometieron al Imperio Romano en todo aquello que no implicaba una desobediencia a Dios. Las palabras de Pedro son paradigma en este sentido, leamos la nota escrita por Lucas en Hechos 4:

18 Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús.
19 Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios;
20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.

Es cierto que estas palabras fueron expresadas ante las autoridades judaicas, más fue la actitud constante de los Apóstoles cuando se les confrontaba a obedecer la autoridad humana en aquello que era contrario a lo establecido en el Reino de los Cielos.

En Romanos 13, hay una interesante enseñanza:

1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
3 Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
4 porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.
5 Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.
6 Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.
7 Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.
8 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.

Observe que Pablo no dice que se sometan al Imperio Romano explícitamente, implícitamente se puede asumir, más el énfasis esta en la autoridad. Como usted puede imaginar hay diversas autoridades establecidas por Dios, los padres, en el hogar; los pastores y ministros en general, en la iglesia; la Iglesia a Jesucristo; los magistrados, legisladores y gobernantes de la naciones; todos sujetos a la autoridad suprema del Rey.

Es decir, los creyentes nos movemos bajo una línea de autoridad. Desobedecer la autoridad es contravenir los planes de Dios. Más hay que someterse a una autoridad “sometida a Dios”.

Es que existe otra línea de autoridad que se opone a la autoridad superior, esto se ha visto desde el Huerto del Edén.

Ahora la Iglesia no esta llamada a entrar en controversia con los reyes humanos, que son establecidos por Dios; aunque a veces son instrumentos del “enemigo”. Eso queda claro en lo expresado por Pablo en Efesios 6:11 y 12:

11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Pablo estaba claro en que el Imperio Romano, en su oposición al evangelio de Jesucristo y a la extensión del Reino de los Cielos, era un instrumento satánico. En virtud de lo cual, el enemigo a vencer es Satanás y sus huestes de maldad. Ahora, la victoria es de Jesucristo; a los cristianos se les recomienda “vestirse” con la armadura de Dios, para poder permanecer “firmes”.

Hubo diez grandes persecuciones romanas contra el Cristianismo, denominadas generalmente con el nombre de los emperadores que las decretaron: las de Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio Severo, Maximiano, Decio, Valeriano, Aureliano y Diocleciano.

Puesto que el cristianismo era considerado ilegal en el imperio, los cristianos debían ocultarse. Sus reuniones eran secretas y son famosas las catacumbas de la ciudad de Roma, donde se dice que los cristianos se reunían, aunque según los testimonios cristianos conservados, las catacumbas no eran el medio más utilizado para esconderse, ya que la mayor parte de las reuniones de culto, se hacía secretamente en las mismas casas de los fieles. Para identificarse habrían utilizado símbolos que a ojos romanos no fueran evidentes, como el símbolo del Pez (Ichthys, o IXΘΥΣ en griego), acrónimo que significaba para ellos Jesucristo, Hijo de Dios, Redentor.

Durante este tiempo de dura persecución, la Iglesia no enfrentó políticamente al Imperio. Su acción estuvo orientada en la proclamación de Jesucristo, para extender el reino de los Cielos.

En este sentido escribe Pablo a los corintios en su segunda carta, capítulo diez, versos 3 al 6:

3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;
4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,
6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.

Es cierto que estas palabras se refieren a la actitud asumida por Pablo ante algunos que lo acusaban de andar “según la carne”. Más representa la manera como los cristianos en general enfrentaron la persecución.

Cada vez que un ciudadano romano, o de otra nacionalidad, recibía a Jesucristo, entraba a pertenecer al Reino de Cristo; se sometía a “la obediencia a Cristo”. Hasta que el mismo emperador, Constantino, abrazó el cristianismo, debido a lo cual cesó la persecución, y la fe llegó al Palacio de Roma. Este hecho trajo como consecuencia la decadencia del cristianismo.

Constantino I el Grande (27 de febrero de 272 a 22 de mayo de 337) fue Emperador de los romanos, desde su proclamación por sus tropas el 25 de julio de 306, y gobernó un Imperio romano en constante crecimiento hasta su muerte.

Legalizó a la religión cristiana por el Edicto de Milán en 313, Constantino es conocido también por haber refundado la ciudad de Bizancio (actual Estambul, en Turquía), llamándola «Nueva Roma» o Constantinopla (Constantini-polis; la ciudad de Constantino). Convocó el Primer Concilio de Nicea en 325, que otorgó legitimidad legal al cristianismo en el Imperio romano por primera vez. Se considera que esto fue esencial para la expansión de esta religión, y los historiadores, desde Lactancio y Eusebio de Cesarea hasta nuestros días, le presentan como el primer emperador cristiano, si bien fue bautizado cuando ya se encontraba en su lecho de muerte, tras un largo catecumenado.

Como podemos apreciar, el énfasis de los primeros cristianos, fue centrado en proclamar a Jesucristo. Pablo lo expresa en 1 Corintios 1:22 al 24:

22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;
23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura;
24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.

Como podemos apreciar por la Historia del Cristianismo, hubo mucha oposición a la Fe; más los apóstoles, así como los cristianos en general enfocaron su defensa en proclamar, y enseñar, a Jesucristo y la sana doctrina.

Ante la oposición de los judíos, de los judaizantes, de los filósofos griegos, de los gnósticos, nicolitas; y de la feroz persecución del Imperio dominante, la Iglesia presentó como estandarte, a Jesucristo.

Tal fue la recomendación de Pablo al joven Timoteo en su Segunda carta 4: 1 al 5:

1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,
2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,
4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

Por otra parte, el mismo Pablo aconseja a Timoteo, en la Segunda carta 2:1 al 4:

1 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;
2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,
4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

Es claro que “los reyes” y quienes están en “eminencia” son personas que necesita conocer a Jesucristo, como cualquier hombre. Ellos son parte de nuestra responsabilidad, como Iglesia de Jesucristo. Constituyen ese conjunto de personas de las cuales Jesús dijo que venia a buscar.

Hay otro aspecto interesante, respecto del surgimiento de movimientos y gobiernos humanos. La Biblia enseña que hay situaciones que son permitidas por Dios en su soberanía; hay otras que son expresamente determinadas por su voluntad.

Observemos algunos casos.

David es elegido Rey de Israel, por voluntad de Dios. 1 Samuel 16:1; 11 al 13:

1 Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey…
11 Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.
12 Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es.
13 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.

Igualmente desecha y destrona reyes, por su voluntad, tal como sucedió a Joacim, según 2 Reyes 24: 1 al 3:

1 En su tiempo subió en campaña Nabucodonosor rey de Babilonia, Joacim vino a ser su siervo por tres años, pero luego volvió y se rebeló contra él.
2 Pero Jehová envió contra Joacim tropas de caldeos, tropas de sirios, tropas de moabitas y tropas de amonitas, los cuales envió contra Judá para que la destruyesen, conforme a la palabra de Jehová que había hablado por sus siervos los profetas.
3 Ciertamente vino esto contra Judá por mandato de Jehová, para quitarla de su presencia, por los pecados de Manasés, y por todo lo que él hizo;

En oportunidades, Dios tiene formas extrañas para hace justicia social, tal y como ocurrió en los días del rey Sedequias, a quien Nabucodonosor derrotó, le sacó los ojos y llevó cautivo a Babilonia; según el relato de 2 Reyes 25; por voluntad de Dios. El versículo 12, de 2 Reyes 25 es interesante:

12 Más de los pobres de la tierra dejó Nabuzaradán, capitán de la guardia, para que labrasen las viñas y la tierra.

Igualmente Dios ejerce autoridad y poder sobre todos los reinos, dominios y gobiernos humanos; tal es el caso de Nabucodonosor. Daniel 2:37 y 38, así lo declara:

37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.
38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.

Es evidente que lo reinos humanos, de cualquier naturaleza, están bajo la potestad del Rey Supremo Dios, sea porque Él los designa directamente, conforme a sus propósitos; o porque los permite, para el desarrollo normal de las naciones.

CONCLUSION
Dios, por intermedio de Jesucristo, en la actualidad ejerce autoridad y dominio sobre todos los pueblos, naciones, demonios, reinos; sean de naturaleza humana o espiritual.

El ámbito de su autoridad es en el Cielo y en la Tierra: “Toda potestad me ha sido dada en el Cielo y en la Tierra”.

Hay un reinado de las tinieblas, ejercido por Satanás y sus huestes de maldad, cuya misión es oponerse a los planes de Restaurar al hombre y a la totalidad de la Creación. Jesucristo venció a ese maligno y sus seguidores. Su segunda venida determinará el triunfo definitivo sobre este poder maligno, y las consecuencias por su desobediencia, el eterno castigo.

A la Iglesia le corresponde Proclamar el Evangelio de Jesucristo, y extender el Reino de los Cielos.

A cada cristiano le corresponde ser testigo de Jesucristo, con el poder del Espíritu Santo.

En la actualidad hay pueblos que no conocen de Jesucristo, que aun no les ha llegado la Buena Noticia. Se trata de los países islámicos; y de grandes naciones como la India, la China, y muchas naciones del continente africano, todos bajo la influencia de religiones paganas.

En nuestro país, Venezuela, hay desafíos a la fe importantes: ascendencia del ocultismo, y de las religiones orientales; renacimiento del gnosticismo; pobreza; uso del narcotráfico como estrategia política, socioeconómica, o de la delincuencia común; deterioro de la familia, especialmente de la pareja; cristianismo nominal, sin compromiso militante de la Iglesia evangélica; intento de renacimiento del sacro imperio romano, por parte de la Iglesia Católica, quien siempre ha auspiciado un concubinato Iglesia-Estado. El intento de Concordato, y el Modus Vivendi acordado, con sus prerrogativas. Cuando este imperio religioso pierde poder, y deja de obtener beneficios para sus fines, entra en conflicto. Ocurrió en la Alemania nazi, y en todo gobierno que no le rinda beneficios.

El actual régimen, que intenta resucitar el fósil del comunismo, es herencia tanto del fracaso de las políticas de los partidos políticos venezolanos; tanto como de la débil influencia del Cristianismo para transformar al venezolano. El 90% de la población venezolana; si es que acaso hay 10% de cristianos militantes, esperan la manifestación de los hijos de Dios.

El Reino iniciado por Jesucristo se extenderá en el corazón de los hombres, y un día será consumado en su Segunda Venida.

Jesús entregará el reino al Padre.

Permanecen vigentes las palabras de Jesús:

7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;
8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

BIBLIOGRAFIA
Connor. La fe del Nuevo Testamento
Ross, Hugh. Razones para Creer
Biblia versión RV 60