miércoles, 22 de diciembre de 2010

LA VIDA

LA VIDA
Eclesiastés 1:12-18
La inteligencia y la sabiduría son innatas, características de la naturaleza humana; el conocimiento se adquiere. La inteligencia, hace posible el conocimiento, en tanto que la sabiduría permite aplicar los conocimientos adquiridos.
Una persona puede ser muy inteligente, y conocer muchas cosas de la vida; más si no las practica, no es sabia. Es que la sabiduría es el arte de resolver las distintas situaciones de la vida, poniendo en práctica los conocimientos que se poseen.
Algo semejante expresan los expertos en educación, que el aprendizaje implica cambio de conducta. Es decir, una persona demuestra que ha aprendido algo, cuando lo pone en práctica, generando un cambio de comportamiento. De donde podemos afirmar que una cosa es conocer, otra es aprender. Si alguien conoce que lavarse las manos es un hábito de higiene personal, para mantener la calidad de vida, y lo práctica diariamente; se puede afirmar que tal persona ha aprendido.
Hay que recordar que el conocimiento tiende a la obsolescencia, es decir al desuso, debido al surgimiento de nuevos conocimientos.
La inteligencia, la sabiduría, el conocimiento y el aprendizaje son factores básicos para la calidad de vida.
Ahora bien, es cierto que conocimiento que no se práctica es inútil, así como hay conocimiento que perturba el espíritu del hombre. Una persona puede relacionarse felizmente con otra, hasta el momento que conoce que la otra persona le ha traicionado. El acto de traición en si no le incomoda, mientras no le conoce; una vez conocido el hecho, el panorama cambia.
Hay una reflexión interesante en estas experiencias del predicador: Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no puede contarse. Es decir, hay muchas cosas en la vida, cuya solución no esta en nuestras manos, son complejas y fuera de nuestro alcance.
Nosotros podemos actuar sobre aquellas cosas que tenemos posibilidad de resolver. La inflación de un país, no la puede resolver un ciudadano individualmente. Lo que puede hacer es tomar medidas para administrar su presupuesto, de tal manera que pueda enfrentar el creciente costo de la vida.
Como cristianos comprendemos que “las profecías se acabarán, y las lenguas, y la ciencia…”; que lo único eterno es el amor, y recordemos: Dios es amor. La vida en la Tierra es transitoria, así como todo lo terrenal; estamos aprendiendo hoy, como vivir en el cielo, nuestro destino.

Israel Leal A.

Eclesiastés 1:12-18 (Reina-Valera 1960)
La experiencia del Predicador
12 Yo el Predicador fui rey sobre Israel en Jerusalén.
13 Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él.
14 Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
15 Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no puede contarse.
16 Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia.
17 Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu.
18 Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.

martes, 21 de diciembre de 2010

PARA ENCONTRAR EL SENTIDO DE LA VIDA

Eclesiastés 1:1 – 11

La idea de que todo es vanidad, es decir vana ilusión, parece una nota exageradamente pesimista. Más al analizar detenidamente el planteamiento, se aprecia que la frase apunta a que hay aspectos de la vida más significativos que las simples realizaciones humanas, por importantes que estas sean.

¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?

Usted va hilando una respuesta, mientras el escritor le aclara algunos hechos notables: la transitoriedad de la vida, la rutina del tiempo y de los fenómenos atmosféricos, el ciclo del agua. Hay aburrimiento en una vida rutinaria, en vivir para trabajar, no en trabajar para vivir.

Existe un momento de la vida en que nada satisface, se vive en una constante búsqueda de lo novedoso, para mitigar el aburrimiento.

Pero en última instancia nada es novedoso, nada satisface. Es que nada hay nuevo debajo del sol. Ayer el hombre escribió sus memorias con rudimentarios caracteres sobre piedra, más tarde innovó con el uso de pieles, seguidamente el papiro, del cual se deriva el papel, que esta siendo superado por los dispositivos electrónicos, que dará lugar a… otra novedad que pronto será obsoleta, y sucesivamente. Un mismo principio aplicado de distintas formas.

Las modas son solo eso, modas, pasajeras.

Por otra parte no hay memoria de los sucesos, es decir a la gente poco le importa que Fleming, haya descubierto la penicilina, lo que le interesa es su “descubrimiento”, para utilizarle cuando se necesite.

Sabe usted que Gutemberg, el famoso inventor de la imprenta, no fue quien perfeccionó el “invento”, ni imprimió la Biblia, y murió en la miseria. El inició el proyecto, más por falta de dinero, un prestamista le quitó el proyecto, y puso a su sobrino Peter Schöffer al frente de la imprenta, quien la perfeccionó e imprimió el Libro Sagrado.

Cuando entramos a una biblioteca, pocos recuerdan a Gutemberg, y menos aun a Schöffer, las ironías de las que escribe el sabio en este libro.

Dos detalles surgen de esta reflexión. Primero, que la vida hay que disfrutarla día a día; es imposible hacerlo en el pasado, o en el futuro. En segundo lugar, que la vida no concluye en esta Tierra, el hombre trasciende, de esto último el autor escribirá posteriormente.

La vida deja de ser vana ilusión, cuando se tiene una correcta perspectiva de la misma.
Israel Leal A.

Eclesiastés 1:1-11 (Reina-Valera 1960)

Todo es vanidad

1 Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.
2 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.
3 ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?
4 Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece.
5 Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta.
6 El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo.
7 Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo.
8 Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír.
9 ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.
10 ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.
11 No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después.

lunes, 2 de agosto de 2010

EL REINO DE DIOS

Estos apuntes son producidos con la intención de presentar una panorámica general sobre lo que la Palabra enseña sobre el reino de Dios.

Constituyen un esbozo general, de un tema importante en la Biblia.
Se presentará en Tres entregas. Esta es la Primera.

En la actualidad hacemos énfasis en la proclamación del Evangelio de Jesucristo, hablamos de la gracia, del perdón, del arrepentimiento, de la salvación, de la seguridad de la salvación. Todo ello es bíblico e importante, mas todo ello representa una dimensión interesante de la proclamación.
Jesús hizo énfasis en el Evangelio de Reino.


Hoy más que nunca necesitamos rescatar este principio. Hay que decirle al cristiano, y al hombre en general, que estamos bajo el Dominio de Dios, al cual necesitamos someternos.

Para darnos una idea de cómo se nos muestra en la Biblia el Reinado Universal de Dios, vamos a presentar un bosquejo de los acontecimientos más resaltantes sobre esta doctrina.

ETERNIDAD DEL REINO

La primera noción sobre la Soberanía y Autoridad de Dios la captamos cuando estudiamos los atributos de Dios.

Hemos aprendido de la Sagrada Escritura que Dios es eterno, lo cual significa que no tuvo principio y que Su existencia nunca va a terminar. El es inmortal, infinito, Deuteronomio 33:27; Salmos 90:2; y 1ª Timoteo 1:17.

Dios es inmutable, inalterable, es decir que Dios es absolutamente digno de confianza y fidedigno, Malaquías 3:6; Números 23:19; y Salmos 102:26,27. Dios es incomparable, no hay nadie como El en obras o existencia; es inigualable y perfecto, 2ª Samuel 7:22; Salmos 86:8; Isaías 40:25; y Mateo 5:48. Dios es inescrutable, no tiene límite, no se lo puede llegar a conocer por completo, es insondable, Isaías 40:28; Salmos 145:3; y, Romanos 11:33,34.

Dios es omnipotente, todopoderoso; El puede hacer todo lo que le agrada, pero Sus acciones siempre estarán de acuerdo con el resto de Su carácter, Apocalipsis 19:6, Jeremías 32:17,27. Dios es omnipresente, siempre está presente, en todas partes, Salmos 139:7-13; Jeremías23:23.

Dios es omnisciente, conoce el pasado, presente y futuro, aún lo que estamos pensando en cualquier momento; puesto que conoce todo, Su justicia siempre será administrada imparcialmente, Salmos 139:1-5; Proverbios 5:21. Dios es imparcial, no hace distinción de personas en el sentido de mostrar favoritismo, Deuteronomio 32:4; Salmos 18:30.

Dios es uno, no solamente que no hay otro, sino que también es el único en poder cubrir las necesidades más profundas y anhelos de nuestros corazones, y sólo El es digno de nuestra adoración y devoción, Deuteronomio 6:4. Dios es justo, no puede y no va a pasar por alto la maldad; es debido a Su rectitud y justicia, que Jesús tuvo que experimentar el juicio de Dios, nuestros pecados fueron puestos sobre El para que de esta manera fuéramos perdonados, Éxodo 9:27; Mateo 27:45-46; Romanos 3:21-26.

Dios es soberano, es supremo; toda Su creación junta, a sabiendas o ignorando, no puede impedir Sus propósitos, Salmos 93:1; 95:3; Jeremías 23:20. Dios es espíritu, es invisible, Juan 1:18; 4:24. Dios es una Trinidad, es tres en uno, el mismo en substancia, poder y gloria por igual. Observe que en el primer pasaje citado de la Escritura, “su nombre” es singular aún cuando se refiere a tres Personas distintas: “Padre, Hijo, Espíritu Santo”, Mateo 28:19; Marcos 1:9-11. Dios es verdad, lo cual significa que está de acuerdo con todo lo que es, El va a permanecer incorruptible y no puede mentir, Salmos 117:2; 1ª Samuel 15:29.

Dios es Santo, está separado de toda corrupción moral y es hostil a ella. Dios ve todo el mal y esto lo enoja; el fuego usualmente es mencionado en la Escritura junto con la santidad. Dios es referido como un fuego consumidor, Isaías 6:3; Habacuc 1:13; Éxodo 3:2, 4, 5; Hebreos 12:29. Dios es afable, esto incluye Su bondad, benevolencia, misericordia y amor, las cuales son expresiones que dan significado a Su bondad. Si no fuera por la gracia de Dios, parecería que el resto de Sus atributos nos excluirían de El. Este no es el caso, porque El desea conocernos a cada uno personalmente, Éxodo 22:27; Salmos 31:19; 1ª Pedro 1:3; Juan 3:16, Juan 17:3.

ANTES DE GENESIS 1:1

Existencia eterna de Dios.

Como hemos señalado anteriormente, la Biblia nos presenta la realidad de un Dios eterno, todopoderoso, omnipresente; preexistente a la Creación.

Génesis 1:2 señala expresamente que “el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.”, quiere decirnos esto que el Espíritu ya existía previo a la creación.

Por otra parte Juan 1:1 y 2, indican que “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.” una versión de la Biblia traduce esta frase “antes que nada existiera, ya existía Cristo con Dios. Cristo siempre ha existido porque El es Dios.” (Nuevo Testamento Viviente, publicado por La Biblioteca Mexicana del Hogar, A.C.) Dando a entender que la Creación es obra de Jesucristo.

La misma idea la transmite Pablo en Colosenses 1:16 y 17.

16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
Creación de los ángeles, previo a la creación.


En su soberanía, Dios determinó la creación de ángeles para que le sirvieran, tal como lo expresa Nehemías 9:6.

“Tu solo eres Jehová; tu hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejercito, la tierra y todo lo que está en ella, los mares, y todo lo que hay en ellos; y tu vivificas esta cosas, y los ejércitos del cielo te adoran.”

Según Job 8:4-7, los ángeles se regocijaron el día de la creación.


4 ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.
5 ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?
6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular,
7 Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?


Igualmente la Escritura nos revela que entre esas criaturas angelicales se originó una rebelión.
Este ángel rebelde, antes de la creación, y como consecuencia de su soberbia y propósito de ser superior a su Creador, fue despojado de su condición de privilegio y echado del cielo, tal como lo sugiere Isaías 14:12-15 y Ezequiel 28:16, 17.


Este ser creado, que se rebeló, hace guerra a los súbditos de Dios, les acusa y se opone a los planos divinos, ver Zacarías 3:1-5.

Satanás, el ángel rebelde, tiene bajo su dominio una especie de organización militar compuesta por principados, potestades, gobiernos de las tinieblas y huestes espirituales que buscan interponerse a la obra de Dios. Efesios 6:12.

Es importante destacar que la Biblia afirma que este ser maligno ya fue castigado originalmente por Dios, y posteriormente vencido por la obra de nuestro Señor Jesucristo. Su derrota definitiva quedará evidenciada al final de los tiempos, Apocalipsis 12:9-11. De momento él le ha hecho creer al pueblo de Dios que tiene poder, pero nuestro Señor Jesús ya nos advirtió que los cristianos, que hemos recibido su autoridad, tenemos más poder que el enemigo Lucas 10:19.
Además este adversario que ya está vencido, Juan 12:31, si le resistimos, en el poder y autoridad que Jesús nos da, saldrá huyendo, Santiago 4:7. Su destino final es el lago de fuego Apocalipsis 20:10.


Estos textos bíblicos nos permiten afirmar que Dios comenzó a Reinar, desde antes de la Creación del Universo y de la Tierra. Reinaba sobre sus primera Creación “Los Ángeles”.
Es decir reinaba, ejercía autoridad, sobre todos los ángeles creados para servirle y adorarle, aun sobre quienes se rebelaron.


ESTABLECIMIENTO DEL REINO EN LA TIERRA

Actuando conforme a su autoridad y poder, Dios decide crear otro ser a su imagen y semejanza, el hombre, por lo cual dispone crear las condiciones necesarias para hacer realidad este designio de su corazón.

En los capítulos 1 y 2 del libro de Génesis uno puede observar la secuencia de hechos divinos para dar lugar a la aparición del hombre en el Universo; una Obra Magistral, cuyo punto culminante tuvo lugar aquel momento registrado en Génesis 1:27 y 2:7. En ese histórico instante tiene lugar el surgimiento del Reino de Dios, ahora en el Planeta Tierra.

Es interesante notar que para crear las condiciones apropiadas para la existencia del hombre, Dios procede de una manera espectacular.

En primer lugar crea la materia y la energía, seguidamente organiza el Universo con sus millones de Galaxias y Estrellas, seguidamente selecciona la Vía Láctea, como la Galaxia donde surgirá la vida humana; hecho esto determina el Sistema Solar, ubicado en el sitio adecuado, para su gran propósito; dando continuidad a su propósito, selecciona a la Tierra, que estabiliza, colocando un satélite; luego ordena la geografía, el relieve, el clima, el ambiente; ordena la aparición de especies vegetales y animales; planta un Huerto, donde es colocado el hombre creado a su imagen y semejanza.

El astrónomo Dr. Hugh Ross en The Fingerprint of God, Segunda Edición, 1991, pg.168. Describe el Orden de los Eventos de la Creación en Génesis 1:
  1. Creación del universo físico (espacio, tiempo, materia, energía, galaxias, estrellas, planetas, etc.)
  2. Transformación de la atmósfera de la tierra de opaca a translucida.
  3. Formación de un ciclo estable de agua.
  4. Establecimiento de continentes y océanos.
  5. Producción de plantas en el continente.
  6. Trasformación de la atmósfera de translucida a transparente (sol, luna, y
    estrellas fueron visibles por primera vez)
  7. Producción de animales pequeños del mar.
  8. Creación de mamíferos marinos.
  9. Creación de las aves.
  10. Creación de mamíferos terrenales (mamíferos salvajes, mamíferos que pueden ser domesticados, y roedores.
  11. Creación del hombre.
Con la creación del hombre, Dios extendió su soberanía hasta el Planeta Tierra. Dando lugar al surgimiento del reino de Dios sobre la Tierra.

En dicho Reino puede observarse al Soberano, los súbditos, el territorio y las normas del mismo. Dicho reino poseía las condiciones ideales para el desarrollo de una vida de calidad: Comunión con Dios, armonía con el ambienta, relaciones personales de igualdad; uso, aprovechamiento y administración de los recursos disponibles.

Por el relato de Génesis 3, uno puede apreciar que la comunicación entre el hombre y Dios era personal, cara a cara, íntima.

Observemos la secuencia de hechos divinos para propiciar la creación del hombre, y el establecimiento del Reino en la Tierra:
  1. Creación del universo y de la tierra, 1:1
  2. Establecimiento de condiciones para la vida humana, 1:2-25
  3. Creación del Huerto para morada del hombre, 2:8a
  4. Creación del hombre 1:27; 2:7
  5. Posesión del Huerto, 2:8b
  6. Primera Comisión al hombre, 1:28; 2:15
  7. Normas y Leyes del Reino, 2:15-17
  8. Formación de la pareja, 2:18-25

Continua el Tema. El Anti-reino y la Caida del Hombre.

EL ANTI-REINO Y LA CAIDA

Segunda Parte del tema El Reino de Dios.
El capítulo 3 del Génesis nos explica el origen de las condiciones actuales del Universo, especialmente sobre la faz de la Tierra.

El Plan original de Dios tuvo una interferencia propiciada por un ser rebelde, opuesto a sus propósitos para el hombre; por lo cual fue necesario establecer una metodología para reordenar la creación y llevarla a las condiciones originales.

La caída, producto de la desobediencia, tuvo su inmediata consecuencia: Pérdida de la comunión personal, cara a cara, con Dios; muerte espiritual; degradación moral; maldición de la creación, y expulsión del Edén.

Este acto de rebeldía humana, incitada por otro rebelde, dio origen al pecado; y al surgimiento de un reino opuesto, el reino de las tinieblas, encabezado por aquel ángel caído. Tal hecho lo señala Pablo en Efesios 6:12, y en Colosenses 1:13.

Como vemos en la Escritura el ámbito de acción de este rebelde es múltiple:

Es activo en el cielo, Job 1:6. Dios le permite entrar delante de Él para acusar a los creyentes, Apocalipsis 12:10. Por esta razón necesitamos un abogado, 1a de Juan 2:1. Satanás y sus seguidores (ángeles y demonios) son llamados "huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:11-12). Será lanzado fuera (Apocalipsis 12:7-10).

Igualmente acciona en el mundo. Es llamado el "Príncipe de este mundo" en Juan 14:30. Él es el "dios de este siglo" en 2 Corintios 4:4, y es como un león rugiente, 1 de Pedro 5:8.

Su propósito es oponerse por todos los medios a los Planes de Dios, acusando al hombre delante de Dios, tentando a los creyentes; utilizando a sus demonios o sus instrumentos humanos para ejercer y ampliar su dominio limitado, pero muy eficaz.

Ahora bien, dado la desobediencia del hombre, su degradación, y expulsión de su presencia; Dios propone de inmediato un plan para redimir al hombre y a la totalidad de la creación, de tal manera que las cosas vuelvan a ser como al principio. Este proyecto divino se infiere de Génesis 3:16.

Desde entonces Dios interviene para dirigir la historia del hombre hacia un punto en que de nuevo se puedan reconciliar e interactuar cara a cara, en una comunión plena.

Es decir, llevar la historia de la humanidad hacia el estado ideal que nos muestran los capítulos 21 y 22 de Apocalipsis.

Es interesante notar que en los 2 primeros capítulos del Génesis el hombre vive, interacciona, en un ambiente natural; tal y como Dios lo creó, en Huerto del Edén; en los dos últimos capítulos de Apocalipsis, el hombre se desenvuelve en un ambiente humanizado, la Nueva Jerusalén, una ciudad construida originalmente por el hombre; y reconstruida por Dios para convivir con el hombre, la Ciudad de Dios.

Esta es la descripción de Apocalipsis 21:1-7

1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.
5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

PLAN DE DIOS PARA RESTAURAR AL HOMBRE Y A LA TOTALIDAD DE LA CRACION

Desde el capítulo 4 del Génesis, hasta Apocalipsis capítulo 20 se nos revela el curso del proyecto Divino, que tendrá su punto culminante en la Consumación del Reino; cuando Cristo lo entregue al Padre.

Observemos la secuencia de los hechos y acontecimientos relevantes en la historia Bíblica, que nos muestran el accionar de Dios en procura de la restauración del hombre y la totalidad de la creación.

I. DEGRADACION MORAL DEL HOMBRE: Primer Pacto.

Luego de la expulsión del hombre del Huerto del Edén, narrado en Génesis 3, éste comenzó a multiplicarse, surgiendo los primeros asentamientos humanos; más igualmente proliferó la maldad, al punto que según Génesis 6, la maldad había llegado a tal magnitud que Dios se arrepintió de haber creado al hombre y dispuso eliminarlo de sobre la faz de la Tierra.

5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.

Señala el verso ocho del citado capítulo que “Noé hallo gracia ante los ojos de Dios”.

El diluvio ocurre como un castigo divino por la maldad de los hombres, el arca de Noé, representa la infinita gracia salvadora, y un voto de confianza a la humanidad.

Noé es encargado de permitir una nueva oportunidad al hombre. El Pacto con este Patriarca recuerda el infinito amor de Dios por el hombre, que más tarde se materializará en la venida al mundo de su propio Hijo.

II. PREPARACION PARA EL RESTABLECIMENTO DEL REINO DE DIOS

Vamos a presentar una breve cronología de los hechos relevantes relacionados con la venida del Mesías y el Restablecimiento del reino de los Cielos.
  1. Llamamiento de Abraham y Pacto
  2. Elección de Jacob
  3. Nacimiento del pueblo en Egipto
  4. Llamamiento de Moisés
  5. El Éxodo: La Pascua, prefiguración del Mesías
  6. Formación del Pueblo de Israel en el Desierto
  7. Toma y Conquista de la Tierra Prometida
  8. Gobierno Teocrático, los Jueces de Israel
  9. La Monarquía Hebrea, preparación de la descendencia del Mesías
  10. Dominación Romana, preparación para el advenimiento del Mesías
  11. Venida del Mesías (i. Nacimiento virginal; ii. Establecimiento del Reino de los Cielos, iii. Muerte, sepultura y resurrección, iv. Comisión a sus Discípulos, v. Ascensión, vi. A la diestra de Dios, desde donde ejerce autoridad sobre la Iglesia
  12. Pentecostés, nacimiento de la Iglesiam. Expansión del Evangelio a todas las naciones
  13. Caída y destrucción de Jerusalén y del Templo, Persecusión a la Iglesia
  14. Conversión de Constantino
  15. Caída del Imperio Romano
  16. Surgimiento y poderio de la Iglesia Católica Romana
  17. Martín Lutero y La Reforma
  18. Nacimiento de los movimientos evangélicos
  19. Tiempo actual:
    i. Iglesia, la encargada de extender el reino
    ii. Satanás, y sus huestes de maldad ejercen oposición

III. EL REINO DE DIOS, EJERCIDO POR JESUCRISTO

Como sabemos, un reino es una forma de gobierno en el que la Jefatura del Estado esta a cargo de un Soberano, al que se le denomina Rey. Dicho reino se caracteriza, además, por la existencia de súbditos, un territorio, y de leyes que rigen su subsistencia.

En el caso que nos ocupa, Jesús vino a restablecer el Reino de los Cielos, la soberanía total de Dios sobre la humanidad entera.

Primeramente llamó a Abraham, luego a una Familia, la de Jacob, seguidamente a una Nación, Israel; finalmente a toda la humanidad, a través de Jesucristo.

Notemos algunas enseñanzas de Jesucristo sobre el Reino de Dios.

  1. Su venida significa el establecimiento del reino de Dios, Marcos 1:15
  2. Tiene toda autoridad y dominio, Mateo 28:18
  3. Es un Reino espiritual, no es humano desde el punto de vista político, económico o militar, Juan 18:36,37; que Dios ejerce sobre toda la creación.
  4. Se entra a ese Reino mediante el nuevo nacimiento, es decir el arrepentimiento, creer y aceptar a Jesucristo, Juan 3.
  5. El territorio del reino es el mundo en su totalidad, Mateo 13:38
  6. Los súbditos son los hijos de Dios
  7. La Iglesia es la encargada de su extensión, que los hombres lleguen a ser "hijos del reino"
  8. Lo entregará al Dios y Padre, 1 Corintios 15:24

Conforme a estos textos, el Reino de Dios es una realidad presente.

Jesucristo ejerce suprema autoridad en el mundo actual, sobre toda la humanidad. Sus designios son para todos los hombres. Ahora bien, hay súbditos que han aceptado por fe a Jesucristo y siguen sus enseñanzas, sometiéndose voluntariamente a su soberanía. Ellos tienen múltiples promesas de recompensas por su determinación.

Igualmente existen súbditos que rechazan a Jesucristo, manteniendo una actitud de rebeldía hacia sus enseñanzas. No se someten voluntariamente a sus designios.

El hecho de que una persona se rebele, no quiere decir esto que Jesucristo pierda autoridad, o poder, o deja de ser Rey. Simplemente, quiere decir que tal persona pierde los beneficios de pertenecer a ese dominio divino, y tiene promesa de castigo por su desobediencia. Igual como le ocurre al ciudadano de cualquier nación que se rebele, o cometa actos contra las leyes de esa nación, sufre las consecuencias por su desacato. Esto se deduce de Mateo 25: 31 al 46.

Continua en el Siguiente Artículo: EL REINO DE DIOS Y LA IGLESIA

EL REINO DE DIOS Y LA IGLESIA

Continuación del tema El Reino de Dios:

Cincuenta días después de la resurrección de Jesús, en Pentecostés, se cumplió la promesa que él había hecho a sus discípulos de que enviaría un consolador, un “paracletos”. El Espíritu Santo bautizó a los fieles congregados en el “aposento alto”, dando con ello lugar al nacimiento de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.

En ese histórico instante se manifiesta una vez más, la forma como Dios actúa desde que decidió crear al hombre. Utilizar al hombre, su imagen, como medio de gracia, e instrumento para realizar sus planes sobre la Tierra.

Como mencionamos anteriormente, Dios llamó a una diversidad de personajes para cumplir su Plan, respecto de la venida del Mesías. Comenzando con Abraham, hasta José y María, sus descendientes por la línea de David. Todo con el objeto de establecer el Reino de Dios.

Es más, en este mismo orden de ideas, para materializar el plan de salvación, el Hijo se hace Hombre, y como cordero, morir para redención de la humanidad.

Jesús realizó un ministerio de tres años, durante el mismo llamó a un grupo de discípulos a quienes constituyó como sus apóstoles; igualmente modelo el estilo de acción de sus seguidores. Una lectura de los evangelios muestra a Jesús en tres acciones básicas, proclamando el evangelio del reino, enseñando, y sanando. Al partir hacia los cielos, comisionó a sus seguidores a darle continuidad a esa acción a favor de la humanidad.

Lucas, en el prólogo del libro de Hechos expresa:

1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido;
3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.

Lucas enfatiza que en su evangelio escribe lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar, dándonos esto la idea de que habrá una continuidad a aquellas cosas. Añade que Jesús dio instrucciones a través del Espíritu Santo; y señala que Jesús hizo énfasis en el reino de Dios. Tales expresiones nos dan a entender que la Iglesia es comisionada por Jesucristo mismo para proclama su evangelio, y extender el Reino de los Cielos.

Tal como diversas parábolas sobre el reino, enseñadas por Jesucristo, ese día de Pentecostés se inició un movimiento que en breve abarcaría a todo el mundo.

Observemos un hecho muy significativo: El reino de los cielos, establecido por Jesús durante su ministerio terrenal, y extendido por la Iglesia, nos presenta un desafío.

Veámoslo de este modo. La Iglesia comenzó a extender el Reino, durante la vigencia de otro reino, el Imperio Romano. Es decir, los apóstoles y la Iglesia naciente en general, se desenvolvían en dos esferas, dos mundos simultáneamente: Por un lado su pertenencia al Reino de Dios, y su disposición a someterse al mismo; por el otro el Imperio Romano, que igualmente demandaba obediencia.

¿Como resolvieron los apóstoles este conflicto de intereses? Se sometieron al Imperio Romano en todo aquello que no implicaba una desobediencia a Dios. Las palabras de Pedro son paradigma en este sentido, leamos la nota escrita por Lucas en Hechos 4:

18 Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús.
19 Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios;
20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.

Es cierto que estas palabras fueron expresadas ante las autoridades judaicas, más fue la actitud constante de los Apóstoles cuando se les confrontaba a obedecer la autoridad humana en aquello que era contrario a lo establecido en el Reino de los Cielos.

En Romanos 13, hay una interesante enseñanza:

1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
3 Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
4 porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.
5 Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.
6 Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.
7 Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.
8 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.

Observe que Pablo no dice que se sometan al Imperio Romano explícitamente, implícitamente se puede asumir, más el énfasis esta en la autoridad. Como usted puede imaginar hay diversas autoridades establecidas por Dios, los padres, en el hogar; los pastores y ministros en general, en la iglesia; la Iglesia a Jesucristo; los magistrados, legisladores y gobernantes de la naciones; todos sujetos a la autoridad suprema del Rey.

Es decir, los creyentes nos movemos bajo una línea de autoridad. Desobedecer la autoridad es contravenir los planes de Dios. Más hay que someterse a una autoridad “sometida a Dios”.

Es que existe otra línea de autoridad que se opone a la autoridad superior, esto se ha visto desde el Huerto del Edén.

Ahora la Iglesia no esta llamada a entrar en controversia con los reyes humanos, que son establecidos por Dios; aunque a veces son instrumentos del “enemigo”. Eso queda claro en lo expresado por Pablo en Efesios 6:11 y 12:

11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Pablo estaba claro en que el Imperio Romano, en su oposición al evangelio de Jesucristo y a la extensión del Reino de los Cielos, era un instrumento satánico. En virtud de lo cual, el enemigo a vencer es Satanás y sus huestes de maldad. Ahora, la victoria es de Jesucristo; a los cristianos se les recomienda “vestirse” con la armadura de Dios, para poder permanecer “firmes”.

Hubo diez grandes persecuciones romanas contra el Cristianismo, denominadas generalmente con el nombre de los emperadores que las decretaron: las de Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio Severo, Maximiano, Decio, Valeriano, Aureliano y Diocleciano.

Puesto que el cristianismo era considerado ilegal en el imperio, los cristianos debían ocultarse. Sus reuniones eran secretas y son famosas las catacumbas de la ciudad de Roma, donde se dice que los cristianos se reunían, aunque según los testimonios cristianos conservados, las catacumbas no eran el medio más utilizado para esconderse, ya que la mayor parte de las reuniones de culto, se hacía secretamente en las mismas casas de los fieles. Para identificarse habrían utilizado símbolos que a ojos romanos no fueran evidentes, como el símbolo del Pez (Ichthys, o IXΘΥΣ en griego), acrónimo que significaba para ellos Jesucristo, Hijo de Dios, Redentor.

Durante este tiempo de dura persecución, la Iglesia no enfrentó políticamente al Imperio. Su acción estuvo orientada en la proclamación de Jesucristo, para extender el reino de los Cielos.

En este sentido escribe Pablo a los corintios en su segunda carta, capítulo diez, versos 3 al 6:

3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;
4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,
6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.

Es cierto que estas palabras se refieren a la actitud asumida por Pablo ante algunos que lo acusaban de andar “según la carne”. Más representa la manera como los cristianos en general enfrentaron la persecución.

Cada vez que un ciudadano romano, o de otra nacionalidad, recibía a Jesucristo, entraba a pertenecer al Reino de Cristo; se sometía a “la obediencia a Cristo”. Hasta que el mismo emperador, Constantino, abrazó el cristianismo, debido a lo cual cesó la persecución, y la fe llegó al Palacio de Roma. Este hecho trajo como consecuencia la decadencia del cristianismo.

Constantino I el Grande (27 de febrero de 272 a 22 de mayo de 337) fue Emperador de los romanos, desde su proclamación por sus tropas el 25 de julio de 306, y gobernó un Imperio romano en constante crecimiento hasta su muerte.

Legalizó a la religión cristiana por el Edicto de Milán en 313, Constantino es conocido también por haber refundado la ciudad de Bizancio (actual Estambul, en Turquía), llamándola «Nueva Roma» o Constantinopla (Constantini-polis; la ciudad de Constantino). Convocó el Primer Concilio de Nicea en 325, que otorgó legitimidad legal al cristianismo en el Imperio romano por primera vez. Se considera que esto fue esencial para la expansión de esta religión, y los historiadores, desde Lactancio y Eusebio de Cesarea hasta nuestros días, le presentan como el primer emperador cristiano, si bien fue bautizado cuando ya se encontraba en su lecho de muerte, tras un largo catecumenado.

Como podemos apreciar, el énfasis de los primeros cristianos, fue centrado en proclamar a Jesucristo. Pablo lo expresa en 1 Corintios 1:22 al 24:

22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;
23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura;
24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.

Como podemos apreciar por la Historia del Cristianismo, hubo mucha oposición a la Fe; más los apóstoles, así como los cristianos en general enfocaron su defensa en proclamar, y enseñar, a Jesucristo y la sana doctrina.

Ante la oposición de los judíos, de los judaizantes, de los filósofos griegos, de los gnósticos, nicolitas; y de la feroz persecución del Imperio dominante, la Iglesia presentó como estandarte, a Jesucristo.

Tal fue la recomendación de Pablo al joven Timoteo en su Segunda carta 4: 1 al 5:

1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,
2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,
4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

Por otra parte, el mismo Pablo aconseja a Timoteo, en la Segunda carta 2:1 al 4:

1 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;
2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,
4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

Es claro que “los reyes” y quienes están en “eminencia” son personas que necesita conocer a Jesucristo, como cualquier hombre. Ellos son parte de nuestra responsabilidad, como Iglesia de Jesucristo. Constituyen ese conjunto de personas de las cuales Jesús dijo que venia a buscar.

Hay otro aspecto interesante, respecto del surgimiento de movimientos y gobiernos humanos. La Biblia enseña que hay situaciones que son permitidas por Dios en su soberanía; hay otras que son expresamente determinadas por su voluntad.

Observemos algunos casos.

David es elegido Rey de Israel, por voluntad de Dios. 1 Samuel 16:1; 11 al 13:

1 Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey…
11 Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.
12 Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es.
13 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.

Igualmente desecha y destrona reyes, por su voluntad, tal como sucedió a Joacim, según 2 Reyes 24: 1 al 3:

1 En su tiempo subió en campaña Nabucodonosor rey de Babilonia, Joacim vino a ser su siervo por tres años, pero luego volvió y se rebeló contra él.
2 Pero Jehová envió contra Joacim tropas de caldeos, tropas de sirios, tropas de moabitas y tropas de amonitas, los cuales envió contra Judá para que la destruyesen, conforme a la palabra de Jehová que había hablado por sus siervos los profetas.
3 Ciertamente vino esto contra Judá por mandato de Jehová, para quitarla de su presencia, por los pecados de Manasés, y por todo lo que él hizo;

En oportunidades, Dios tiene formas extrañas para hace justicia social, tal y como ocurrió en los días del rey Sedequias, a quien Nabucodonosor derrotó, le sacó los ojos y llevó cautivo a Babilonia; según el relato de 2 Reyes 25; por voluntad de Dios. El versículo 12, de 2 Reyes 25 es interesante:

12 Más de los pobres de la tierra dejó Nabuzaradán, capitán de la guardia, para que labrasen las viñas y la tierra.

Igualmente Dios ejerce autoridad y poder sobre todos los reinos, dominios y gobiernos humanos; tal es el caso de Nabucodonosor. Daniel 2:37 y 38, así lo declara:

37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.
38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.

Es evidente que lo reinos humanos, de cualquier naturaleza, están bajo la potestad del Rey Supremo Dios, sea porque Él los designa directamente, conforme a sus propósitos; o porque los permite, para el desarrollo normal de las naciones.

CONCLUSION
Dios, por intermedio de Jesucristo, en la actualidad ejerce autoridad y dominio sobre todos los pueblos, naciones, demonios, reinos; sean de naturaleza humana o espiritual.

El ámbito de su autoridad es en el Cielo y en la Tierra: “Toda potestad me ha sido dada en el Cielo y en la Tierra”.

Hay un reinado de las tinieblas, ejercido por Satanás y sus huestes de maldad, cuya misión es oponerse a los planes de Restaurar al hombre y a la totalidad de la Creación. Jesucristo venció a ese maligno y sus seguidores. Su segunda venida determinará el triunfo definitivo sobre este poder maligno, y las consecuencias por su desobediencia, el eterno castigo.

A la Iglesia le corresponde Proclamar el Evangelio de Jesucristo, y extender el Reino de los Cielos.

A cada cristiano le corresponde ser testigo de Jesucristo, con el poder del Espíritu Santo.

En la actualidad hay pueblos que no conocen de Jesucristo, que aun no les ha llegado la Buena Noticia. Se trata de los países islámicos; y de grandes naciones como la India, la China, y muchas naciones del continente africano, todos bajo la influencia de religiones paganas.

En nuestro país, Venezuela, hay desafíos a la fe importantes: ascendencia del ocultismo, y de las religiones orientales; renacimiento del gnosticismo; pobreza; uso del narcotráfico como estrategia política, socioeconómica, o de la delincuencia común; deterioro de la familia, especialmente de la pareja; cristianismo nominal, sin compromiso militante de la Iglesia evangélica; intento de renacimiento del sacro imperio romano, por parte de la Iglesia Católica, quien siempre ha auspiciado un concubinato Iglesia-Estado. El intento de Concordato, y el Modus Vivendi acordado, con sus prerrogativas. Cuando este imperio religioso pierde poder, y deja de obtener beneficios para sus fines, entra en conflicto. Ocurrió en la Alemania nazi, y en todo gobierno que no le rinda beneficios.

El actual régimen, que intenta resucitar el fósil del comunismo, es herencia tanto del fracaso de las políticas de los partidos políticos venezolanos; tanto como de la débil influencia del Cristianismo para transformar al venezolano. El 90% de la población venezolana; si es que acaso hay 10% de cristianos militantes, esperan la manifestación de los hijos de Dios.

El Reino iniciado por Jesucristo se extenderá en el corazón de los hombres, y un día será consumado en su Segunda Venida.

Jesús entregará el reino al Padre.

Permanecen vigentes las palabras de Jesús:

7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;
8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

BIBLIOGRAFIA
Connor. La fe del Nuevo Testamento
Ross, Hugh. Razones para Creer
Biblia versión RV 60

sábado, 8 de mayo de 2010

TRES MUJERES DE FE

El segundo domingo de mayo, en algunos países se celebra el día de la madre.

Como un reconocimiento a ellas y a la mujer en general, vamos considerar una reflexión sobre el tema TRES MUJERESDE FE, tal como son relatadas en la Palabra.

Pueden encontrar los relatos de las experiencias de estas tres mujeres en la Biblia, estos son los textos donde aparecen:

  • 1ro de Reyes 17: 8-24. LA VIUDA DE SAREPTA
  • 2do Reyes 4: 1-7. EL ACEITE DE LA VIUDA
  • 2do Reyes 4: 8 – 17. LA MUJER SUNAMITA

De la lectura de los mismos, podemos concluir que poseen elementos comunes:

  • Tres mujeres en situación de crisis
  • Presencia de un profeta, siervo de Dios
  • Respuesta milagrosa
  • La gracia de Dios, manifiesta en diversas formas

Dos de las mujeres son viudas, la otra “importante”, según el autor del relato.
Observemos desde tres ángulos la manifestación del amor, la gracia y la provisión de Dios.

PRIMERO: Cuando Llegamos al Límite.

  • ¿Se ha sentido solo, sin alguien que le ayude en ese momento de crisis?
  • ¿Alguna vez ha estado usted en una situación en la que cree que no hay salida?
  • ¿Ha llegado al momento en que ve impotente como se le agotan los recursos?
  • Cocinar la última porción de alimento, sabiendo que no dispone de medios para adquirir otro.
  • O, acostarse sin saber que comerán sus hijos el día siguiente.

Usted no es el único.

Usted sabe entonces como se sentiría la viuda de sarepta.
El profeta, enviado a ella por Dios, le pide comida, la respuesta es significativa:

Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano.
Ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo…
…para que lo comamos, y nos dejemos morir.

Desesperación, impotencia, angustia. Estas tres emociones están acabando con la vida de muchos en este mundo, hoy día; y mantienen paralizados a otros.
Impotencia, desgano de vivir, desmotivación, falta de apetito, ganas de quedarse en la cama, sin ánimo para nada.

Sin embargo, en esta alma atribulada había un rayito de esperanza, aun cuando no era consciente de ello. “Vive Jehová tu Dios…” le dijo al profeta.

No era judía, del pueblo de Dios, era gentil, vivía en Sarepta de Sidón, una ciudad fenicia, cercana a Tiro; más Dios previamente se le había revelado, para darle instrucciones de alimentar al profeta. El asunto es que ella no sabia como.

El escritor narra:

Vino luego a él (al profeta Elías) palabra de Jehová, diciendo:
Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente.

Ella sabía que Dios le había hablado. Esa experiencia transformó su vida.

Veamos la provisión de Dios:

Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo.
Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.

Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días.
Observa como la viuda obedeció la instrucción del profeta. Preparó comida para ella y su hijo; más primero la del profeta. Seguidamente mira el milagro de la provisión de pan, hasta que lloviese. Recuerden la expresión: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”.

Así pues, cada día, de la tinaja de harina, y de la vasija de aceite; extraía el sustento divino. El maná diario.

Esta experiencia sucede hoy en la vida de muchos hijos de Dios que carecen del sustento para cada día; y aun entre quienes no conocen a Dios.

Es un asunto de fe.

Se acuerdan la expresión: ¿Cuando hemos visto caer desde el cielo un paquete de harina de maíz precocida? Muchos, en esta ciudad, y en el mundo en general han visto llegar a sus casas una “Cesta de amor” contentiva del maná para ese día, provisto por una persona o institución, que son instrumentos de Dios.

Les invito que compartan: un paquete de harina precocida, un litro de aceite uno de arroz, o un kilo de leche en polvo. O algún alimento no perecedero; para que Dios alimente al menos por un día a una familia.

Veamos el otro ángulo:

SEGUNDO: Cuando se Agotan los Recursos.

  • ¿Ha llegado al punto de que va al cajero y la maquina le dice que no puede procesar la operación, porque su cuenta no dispone de fondos?
  • O, solicita un crédito y le es negado porque sus cuentas presentas saldos muy bajos.
  • Llegar a la quincena, y no cobrar, porque esta desempleado.

Tampoco usted es único en esta materia.

La viuda de un hijo de profeta, vivió semejante experiencia.

Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.

Como apreciamos, en este caso el problema es financiero. Su esposo ha muerto y como herencia le dejó la casa hipotecada. Vino el acreedor, y como ella no tenia como pagar; en lugar de quitarle la casa, lo cual estaba prohibido legalmente, como hoy igualmente lo esta; entonces, para cobrar la deuda, se iba a llevar a sus dos hijos.

Un doble problema:

  1. Perder dos hijos de sus entrañas, las madres saben lo que ello significa,
  2. Y, perder mano de obra. Los hijos eran trabajadores en las tareas domesticas, agrícolas, o pecuarias.

Temor, enojo, impotencia, ansiedad, afán; son las emociones de esta atribulada mujer. En su desesperación acude a Dios, a través del profeta.

Observen la relación:Tu siervo, mi marido muerto, era temeroso de Jehová; por eso acudo a ti, que también soy temerosa de Jehová.

Como en el caso de la Viuda de Sarepta, la solución es milagrosa. El aceite copa la escena.

El aceite en la Biblia se relaciona con el Espíritu Santo; y es utilizado para ungir a los siervos de Dios; como ungüento, o como antiséptico. El Salmo 23: “Unges mi cabeza con aceite…”

El profeta le indica una operación aparentemente absurda. Buscar muchas vasijas, la mayor cantidad que pudiera encontrar. Luego encerrarse en casa y llenar las vasijas con el poco aceite que tenía guardado.

El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.
Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.
Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.
Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.

La mujer, como la anterior, obedeció. El resultado no se hizo esperar, obtuvo la cantidad de aceite necesario para pagar la hipoteca, y sostenerles el resto de sus vidas.

¿Esta usted atrapado en una situación en la que aparentemente no hay salida?

Este es el momento de buscar a Dios.

Finalmente veamos el último ángulo de la provisión de Dios.

TERCERO: Una mujer “importante”, que lo tenía todo, menos lo que deseaba.

Leamos el relato:

Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer.
Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios.
Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él.

En este caso el escenario es distinto. Se trata de una mujer acomodada. El escritor la describe como una mujer “importante”. Por el contexto nos damos cuenta de que no tenía necesidades, como las anteriores. Tenía marido, casa, alimento, y posibilidades hasta para construirle un apartamento al profeta; seguramente criados, y bienes materiales en general.

Nada necesitaba. Al punto de que el profeta le pregunta si quiere que haga algo por ella; más su respuesta da a entender que lo tenía todo.

Más no era completamente feliz. Su problema es que no tenía hijos.

Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió. Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, vino ella delante de él.
Dijo él entonces a Giezi: Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo.
Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí que ella no tiene hijo, y su marido es viejo.

Hay personas que lo tienen todo, mas esas posesiones no conceden la felicidad. Dan confort, comodidad, pero no la felicidad.

Es el caso de la sunamita. Lo tenia todo, tanto que no era necesario pedirla a nadie, ni siquiera al Rey. Más carecía de algo.

El profeta habla con su criado, y este le revela una necesidad: No tiene hijos. Y añade un probable diagnóstico, su esposo es viejo.

El profeta, como un gesto de cortesía, inspirado posiblemente por Dios, llama a la mujer para darle una buena noticia: La promesa de un hijo.

Dijo entonces: Llámala. Y él la llamó, y ella se paró a la puerta.
Y él le dijo: El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu sierva.
Mas la mujer concibió, y dio a luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había dicho.

La mujer, conocedora de su situación, no cree la promesa. Más la promesa se cumplió, porque dependía no de la expectativa de la mujer, sino de la gracia de Dios.

Observen este caso es diferente. La mujer no pide nada para si; es el profeta, quien en un gesto de gracia, amor y solidaridad promete el hijo.

Aquí se cumple la expresión: “El que siembra abundantemente, abundantemente cosechará”
La mujer, como un gesto de respeto, devoción, de fe hacia Dios; atiende al profeta. Es decir, ella sirvió a Dios por intermedio del profeta.

Recuerdan la expresión: “Por cuanto lo hicisteis a uno de mis hermanos más pequeños, a mi lo hicisteis…”

Finalmente:

  • ¿Tal vez sientes que has llegado al límite y no ves salida inmediata?
  • O, ¿Que cree que se te agotaron los recursos y no puedes resolver tu vida?
  • O, ¿Tal vez que tienes todo lo que has buscado en la vida, más aun falta algo para completar tu felicidad?

Te invito a que como estas tres mujeres, busque respuesta en quien solo puede darla.
En Dios, nuestro Padre Celestial…

“Alzaré mis ojos a los montes, de donde vendrá mi socorro…
Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la Tierra…” Salmo 121

domingo, 21 de febrero de 2010

SANIDAD INTEGRAL

Los evangelios nos muestran un cuadro completo sobre el ministerio terrenal de Jesús. Mateo nos presenta una panorámica en 4:23 y 9:35.

23 Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

De ambos textos podemos extraer sin duda tres acciones básicas:
  • Enseñar
  • Predicar
  • Sanar
De las mismas, y como podemos comprobar en los 4 evangelios, la mayor parte del tiempo lo ocupó principalmente sanando a los enfermos; en segundo lugar enseñando, a sus discípulos fundamentalmente, y a la población en general; y en tercer lugar, y en menor proporción, en predicar.
Jesús realmente predicó poco, en el sentido que nosotros concebimos la predicación hoy día. Tal vez es mejor señalar que se dedicó a proclamar el evangelio del reino. Es que en cada acción, sea sanando, enseñando o conversando con sus seguidores, o con los adversarios, Jesús proclamaba su buena noticia.

Vamos a considerar lo tocante al ministerio sanador de Jesús. Para ello tomemos como base bíblica el mensaje de Jesús en la sinagoga de Nazaret, contenido en Lucas 4:16-21:

4:16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 4:17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 4:18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 4:19 A predicar el año agradable del Señor. 4:20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 4:21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.

De este rico y expresivo pasaje, tomemos la expresión: Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón…

Estas palabras contienen una maravillosa verdad, la cual vamos a destacar a través de esta reflexión.

Las primeras declaraciones pronunciadas por Jesús ese memorable día de reposo, en la sinagoga de Nazaret, son muy significativas a este respecto: El Espíritu del Señor esta sobre mi, por cuanto me ha ungido para… Y manifiesta para lo que ha sido ungido:
  • Dar buenas nuevas a los pobres
  • Sanar a los quebrantados de corazón
  • Liberar a los cautivos
  • Dar vista a los ciegos
  • Liberar a los cautivos
  • Predicar el año agradable del Señor
Cada una de estas declaraciones contiene innumerables enseñanzas, promesas y aplicaciones. A los fines de esta reflexión, vamos a considerar lo concerniente a la sanidad.

ENVIADO A SANAR

Las sanidades de diferentes enfermedades ocuparon gran parte del ministerio de Jesús. El tenía muy claro que la gente adolecía de diversos tipos de enfermedades. En diferentes oportunidades indicó “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.” Lucas 5:31 y 32.

En esta ocasión, en la sinagoga de Nazaret, manifiesta las razones de su venida. Entre ellas, a sanar a los enfermos tanto del cuerpo, como del espíritu. Con un énfasis a la sanidad del espíritu, porque como sabemos, es eterno.

Tomen nota, sanidad del espíritu, para vida eterna. Sanidad del cuerpo, para calidad de vida aquí en la tierra. Como la vida eterna comienza aquí en la tierra, es importante preservar al hombre regenerado, para que tenga calidad de vida en el presente; y de esa manera comience a disfrutar los deleites de la vida venidera en el cielo, tal como se nos ha prometido.

Ahora bien, cuando pensamos en sanidad, se supone sin lugar a dudas la existencia de la enfermedad.

Hay distintos tipos de enfermedades:
  • Las infecto-contagiosas producidas por hongos, virus, bacterias y demás microorganismos patógenos; causante de la mayoría de las enfermedades que sufrimos.
  • Otras ocasionadas por traumatismos. Caídas, golpes, fracturas.
  • Unas más, producto del mal funcionamiento de órganos debido al natural envejecimiento; o por la influencia de sustancias toxicas, alcohol, drogas, venenos.
  • Otras tantas debido al estrés, angustia, ansiedad, preocupación. Que son denominadas psicosomáticas.
  • Las enfermedades mentales, psicosis, neurosis, esquizofrenia.
  • Traumas, emocionales, por sucesos negativos ocurridos en el pasado, espacialmente durante la infancia.
  • Igualmente enfermedades congénitas, y hereditarias.
  • Y la enfermedad del espíritu, que en la Biblia se conoce como pecado, y su origen, la desobediencia.
Así pues, las posibilidades de enfermarnos son del 100/100. Parecerá extraño, e inaceptable, más el estado real del hombre es la enfermedad; la salud es una necesidad sentida. Buscamos salud, debido a que estamos enfermos. De aquí la necesidad de prevenir las enfermedades, y preservar la salud.

La Biblia señala alguna de las enfermedades comunes, sobre las se actuó para sanidad:
  • Lepra: “Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.” Lucas 5:12;
  • Fiebre: “Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre.” Mateo 8:14;
  • Flujo de Sangre: “Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada,…” Lucas 8:43;
  • Esterilidad: “Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, y nunca había tenido hijos.” Jueces 13:2;
  • Ceguera: “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.” Juan 9:1;
  • Parálisis: “Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él.” Lucas 5:18;
  • Endemoniados: “Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.” Lucas 8:27; entre otras.

Lo interesante de todo esto es que las personas mencionadas como pacientes de esas enfermedades, recibieron sanidad divina. La fe de los enfermos, y la Palabra de Jesús se combinaron para obrar el milagro. En el caso del hombre enfermo de lepra, narrado en Lucas 15: 12, a continuación se destaca en el 13: “Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: quiero; se limpio. Y al instante se fue la lepra de él”.

Como se evidencia en la escritura, las sanidades tenían el propósito de ofrecer al hombre una solución temporal a sus padecimiento de orden físico; más esos milagros tenían como objetivo básico, certificar el carácter divino, mesiánico, de Jesucristo. Que realmente era el Dios encarnado, quien vino a buscar y salvar lo que se había perdido.

Esos milagros eran un llamado a la conciencia, un incentivo para despertar la fe; una evidencia de poder. Así lo expresó en Capernaun ante el paralítico que le era presentado por aquellos cuatro fervorosos amigos, a quien perdonó los pecados, y le sanó de la dolencia física. Manifestó de ese modo que, en su condición divina, podía perdonar, y sanar. El relato completo se puede leer en el capítulo 2 del evangelio de Marcos.

Así pues, la sanidad divina, cuando se produce, es un llamado a creer, un testimonio de poder del Hijo de Dios. Una manera de despertar la fe, para que el hombre pueda ser sanado espiritualmente.

A LOS QUEBRANTADOS DE CORAZÓN

Esta expresión es muy significativa. Vamos a releerla: Sanar a los quebrantados de corazón.

¿Qué imágenes, ideas, pensamientos, situaciones, le transmiten estas palabras? ¿Cual es el significado de esta afirmación?

Observe que Jesús plantea sanar a los quebrantados de corazón. ¿A qué se refiere?

Vamos a considerar la palabra “corazón”.

Una revisión cuidadosa de los usos en la Biblia de esta palabra, nos dará una idea de lo que Jesús quiso expresar. La palabra corazón, en la versión Reina Valera 60, aparece 808 veces. Esto según la Biblia electrónica Gateway. Vamos a señalar algunos usos de la palabra corazón.

El corazón, en lenguaje bíblico esta relacionado con:

  • El intelecto: “Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Jehová ha mandado: el tabernáculo, su tienda, su cubierta, sus corchetes, sus tablas, sus barras, sus columnas y sus basas…” Éxodo 35:10
  • Los pensamientos: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.” Génesis 6:5
  • Actitudes: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12
  • Decisiones: “Del hombre son las disposiciones del corazón; Mas de Jehová es la respuesta de la lengua.” Proverbios 16:1
  • Deseos: “Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.” Salmo 37:4
  • Emociones: “Tú diste alegría a mi corazón, Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.” Salmo 4:7
  • Motivación: “Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras.” Éxodo 35:21
  • Carácter de la persona: “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” 1ra Samuel 16:7

Es notorio que cuando en estos textos de la Palabra se usa la expresión “corazón”, no se refiere al músculo que tenemos en el lado izquierdo del tórax, encargado de bombear millones de litros de sangre, para que podamos vivir. Se refiere a esa dimensión no física de la naturaleza humana, mediante la cual podemos pensar, expresar emociones, tomar decisiones, creer, crear; la imagen de Dios. Dimensión que no puede ser diferenciada de la naturaleza física.

En la Biblia no se muestra a un hombre escindido, o dicotomizado, en su existencia temporal en la tierra. Es una unidad indivisible: Cuerpo y espíritu; mente y cuerpo. Tan solo a los fines de comprender la maravilla de la condición humana, tal y como Dios nos creó, es que se hace referencia a una naturaleza física, y otra espiritual, con base a Génesis 2:7: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” Más no hay posibilidad de imaginar un cuerpo humano sin mente, o una mente sin cuerpo; excepto Dios, que no tiene cuerpo físico, es espíritu.

Y, cuando en el evangelio de Lucas se usa dicha expresión, evidentemente se utiliza en el sentido del contexto escritural. Tal y como se utiliza cuando Jesús explica lo que verdaderamente contamina al hombre, en Mateo 15:18-20:

18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.

El corazón no piensa, no toma decisiones, ni tiene emociones. Como frecuentemente experimentamos, el corazón se activa en circunstancias especiales, por lo cual le sentimos palpitar con mayor o menor rapidez. Como cuando sentimos miedo, rabia, o alegría; el corazón palpita con mayor intensidad, y se activa para bombera más sangre al torrente sanguíneo. Lo que sentimos en el corazón no es la emoción propiamente dicha, sino las palpitaciones producto de la acción de contraerse y expandirse, para bombear sangre; lo que “sentimos” es la actividad muscular.

No es un “sentimiento” lo que percibimos en el corazón, sino la “sensación” que produce la actividad muscular. Es claro que las emociones, pensamientos, estados de ánimo, influyen en el corazón. La mayoría de las veces negativamente, produciéndole hipertensión, taquicardia, y en el peor de los caso infartos.

Corazón, en el lenguaje bíblico, es usado frecuentemente para referirse a las facultades de carácter intelectual, emocional, actitudinal, volitivo: la mente. Con esta idea en nuestro “corazón”. Releamos las palabras de Jesús:

Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón…

Sanar a los quebrantados de corazón, tiene que ver con la salud espiritual, la salud mental; y ambas influyen sobre la salud del cuerpo. No significa esto que el hombre en su pecado sea enajenado mental, un enfermo de la mente.

Se refiere al estado del hombre en el cual no hay esperanza. Quebrantado por su condición de soledad, desamparo; angustiado y ansioso porque observa un panorama obscuro, tormentoso; culpable por las acciones del pasado; deprimido por las traiciones, los desencantos; estresado por las presiones de una vida exigente. Traumatizado por hechos ocurridos en su pasado.

Esta situación del hombre motivó la compasión de Jesús, tal como lo señala Mateo en 9:36: “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas, como ovejas que no tienen pastor”. Por ello siempre veremos a Jesús al lado del que sufre, del enfermo, de los rechazados, de quienes han perdido esperanza. Llamándole a un cambio en su manera de pensar, y buscar a Dios.

Ahora bien, casi todas las enfermedades que padecemos pueden ser tratadas con medicamentos, rehabilitación física, y en casos extremos con cirugía. Mas los “quebrantos del corazón”, no se curan con tratamiento médico, ni terapias para canalizar los conflictos, ni con medicina alternativa, ni tratamiento psicológico o psiquiátrico, ni con “ninguna” estrategia humana para resolver los conflictos, traumas o culpas; por muy buena que esta sea.

No menosprecio la benéfica utilidad de las terapias y asesoramiento psicológico en el tratamiento de los traumas y conflictos emocionales, los cuales son recomendables como estrategia para ayudar a soportar las vicisitudes de quienes han sido renacidos. Más para quienes no han nacido de nuevo, no hay esperanza de curación, a menos que experimenten un nuevo nacimiento.

Los “quebrantos del corazón” se curan con un cambio de mente; con una mente renovada. Como si nos trasplantaran la mente, metafóricamente hablando. Y una búsqueda de Dios, un reencuentro con nuestro Padre.

Esta es la propuesta de Jesús cuando expresó: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” Marcos 1:15.

La palabra arrepentíos, (μετανοειτε) es la traducción de una palabra que en griego, idioma en que se escribió el Nuevo Testamento, da la idea de cambio total; la misma surge de la palabra griega (μετανοῖεν, metanoien), conocida en castellano como “metanoia”. Esta expresión metanoia es una palabra compuesta; deriva de dos raíces: meta, con el significado de cambio; y nous, que significa mente. Es decir, cambio de mente.

Entendemos hoy día esta expresión como cambio de la manera de ser; o cambio de actitud; que en general da la idea de un cambio profundo en la persona, que lleva a una vida distinta. Es como nacer de nuevo.

Jesús llamó a un cambio total del individuo, producto de creer en el evangelio; y como sabemos evangelio significa la buena noticia, la cual es Jesucristo mismo. Y ese cambio, igualmente tiene el significado de “volverse a Dios”. Por lo cual, al creer en Jesucristo, y recibirle, trae como consecuencia la sanidad de los quebrantos del corazón.

Es un hecho tan cierto, que Pablo lo afirma en su primera carta a los Corintios en el capítulo 2, verso 16: “Más nosotros tenemos la mente de Cristo”. En otras palabras, los creyentes en Jesús tenemos su corazón, su mente. Por el contexto sabemos que la mente de Cristo se refiera al Espíritu Santo: “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido…”, versículo 12 del mismo capítulo dos.

SANIDAD INTEGRAL

Al considerar la misión de Jesús observamos que vino a sanar a un hombre enfermo.

  • Enfermo en sus delitos y pecados. Sanidad espiritual.
  • Enfermo corporalmente: a consecuencia del envejecimiento natural, enfermedades infecto-contagiosas, o producto del estilo de vida de cada uno.
  • Enfermo del corazón: a causa de los desengaños, temores, ansiedad, infidelidad,
    Jesucristo vino con la misión de ofrecerte sanidad espiritual, sanidad integral, y descanso en un mundo de muchas tribulaciones.

Hoy, como en el pasado, Jesús sigue interesado en nuestra calidad de vida. Le interesa que seamos salvos, para disfrutar la vida eterna en el cielo; así como que seamos saludables, para disfrutar la vida mientras estemos en la Tierra.

La Palabra expresa:

RECIBIR A CRISTO PARA OBTENER UNA NUEVA NATURALEZA

“Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios…” Juan 1:12 y 13

PERDON DE LOS PECADOS PARA CALIDAD DE VIDA

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” 1ra de Juan 1:9

DESCANSO PARA LOS TRABAJADOS Y CARGADOS

28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:28 al 30.

Este es un buen momento para acercarse a Jesús y obtener de Él, sanidad, descanso, perdón de los pecados, y vida nueva.

“De modo que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 2da Corintios 5:15

PARA AMPLIAR LO AQUÍ TRATADO

http://es.wikipedia.org/wiki/Metanoia
http://www.biblegateway.com/passage/?search=corazón&version=RVR1960
http://es.gospeltranslations.org/wiki/Arrepentimiento_B%C3%ADblico/El_significado_del_arrepentimiento
http://www.bublegum.net/israel0511/19708/